Titulo: Un minuto antes de la oscuridad
Género: Ciencia ficción
Páginas: 320p
Autor: Ismael Martínez Biurrun
Fecha publicación: 2014
Editorial: FANTASCY
Precio: 16'90€

Sinopsis:
«El futuro era un libro de historia aún sin escribir.»
Por una serie de misteriosas cat ástrofes, la civilización tal como la conocemos se ha venido abajo. Madrid se ha replegado sobre sí misma y ha dejado de ser una ciudad segura más allá de la M-30. El alcalde ha ordenado construir un muro que separe la ciudad del exterior, donde ya no llegan ni el metro ni los servicios públicos, y ha comenzado un éxodo hacia el interior de la ciudad.
La avenida de los Fuegos, en la que vive la familia formada por Ciro, Sole y su hijo Pau, de apenas año y medio, ha quedado sumida en la barbarie que representan los llamados hawaianos, una horda de personas que dan rienda suelta a sus instintos asesinos. Ese será solo el primero de muchos otros peligros que tendrán que afrontar. En una atmósfera irrespirable, en la que se masca la catástrofe humanitaria, social y política, Ciro, Sole y Pau lucharán por mantenerse unidos como familia y por sobrevivir.



Un minuto antes de la oscuridad nos sitúa en un mundo apocalíptico, donde extraños hawaianos pasean por los vecindarios y asesinan sin piedad, Madrid está construyendo un muro que deja fuera a toda urbanización, una de esas urbanizaciones es la Ciro, nuestro protagonista.

Hay muchas cosas que asimilar en esta novela, la primera de ellas son los hawaianos, cuya conducta destructiva y psicópata no tiene nunca un escarmiento. Entran en la urbanización en masa, con antorchas, cuchillos y cualquier cosa puntiaguda, escogen una casa, entran a la fuerza y asesinan a los inquilinos llevándose a los hijos en caso de que tuvieran.
La siguiente es una serie de asesinatos cometidos en el campus de la universidad de la que Ciro es profesor de historia. El decano, muy amigo suyo, sabe quién es el asesino y así se lo confiesa a Ciro, pero en ningún momento dice cuál es su nombre. Nuestro protagonista le pregunta porqué narices no lo denuncia y la respuesta no tarda en ser efectuada: porque es alguien importante.
Así que su buen amigo decide acoger al asesino como su pupilo, con la esperanza de conseguir algo bueno de él, ya que en un futuro será alguien muy importante. El resultado no es satisfactorio y Ciro se ve empujado a investigar, junto con la única alumna que aparece en su clase todos los días, Li Yun una joven asiática que pronto se verá atraída por su profesor.
Y por último tenemos a los ceemes que son algo así como clones programados para recibir órdenes, cuya principal razón de creación era para tener "piezas de repuesto", pero que ahora se usan para espantar a los hawaianos que parecen temerlos por alguna extraña razón.

El arma es un condicional, una posibilidad que duerme sobre tu mano, pero la bala se explica en un futuro imperfecto: conmigo, alguien morirá.

Y bien, una vez asimilado todo esto, nos encontramos con una novela que trata de ser algo y no lo consigue.
El principal problema de este libro es que se mezclan 3 historias completamente independientes, por un lado tenemos la trama del asesino, por otro nos encontramos con los hawaianos y para terminar tenemos a Yonan, el ceeme de Ciro. Todo mezclado y remezclado cuya única conexión es el protagonista y el mundo en el que se desarrollan las tramas.
Que, bueno, no me hubiese importado que se mezclaran estas tramas si no fuera porque ninguna de ellas acaba adecuadamente o, por decirlo de otro modo, impide que se explique de dónde salen los hawaianos, qué son y porqué actúan como psicópatas. Tampoco me quedó muy claro el final de la trama del asesino, pues hubieron varias cosas que el protagonista pudo hacerle y, sin embargo, fue algo así como "tiro la mesa y salgo por la ventana", pudiendo haber solucionado el problema decide usar una distracción y salir por patas.
Lo del ceeme se veía venir desde que pisó la casa, era demasiado obvio cómo iba a acabar todo y, unido con la trama del asesino, esta lectura acabó por dejarme fría.

Está claro que fue escrita como crítica a esta sociedad que se derrumba y que poco a poco nos vamos convirtiendo en autómatas y el caos creado por la mala gestión política y la desesperación acabará por dejarnos a muchos o en el bando de los hawaianos o en el bando de los que tratan de huir de un inevitable destino.

Las pocas certezas que me quedan pesan mucho más que todas las que he perdido.

La forma en la que el autor narra algunos fragmentos en segunda persona hace que el lector empatice con el personaje en cuya piel nos mete, así como el resto de la novela se convierte en algo adictivo por el fluir de su pluma pero es frustrante encontrarte con una novela que te plantea ciertos enigmas que no se llegan a resolver, y los que se resuelven no es de manera favorable por la estupidez del personaje que lleva a cabo el desarrollo de la trama concreta.

No es una mala lectura y hubiese mejorado mucho si en lugar de centrarse en pequeños aspectos del libro (que no se llegan a desarrollar del todo) lo hubiese hecho en darle importancia al desarrollo del porqué a las tramas principales, creo que lo hubiese bordado.

Música de violines. Plano cenital y fundido a negro.